Nació en 1098 en Citeaux (Francia), donde algunos monjes llegados de Molesmes (abadía benedictina), quisieron construir un Nuevo Monasterio para vivir con más autenticidad y pureza la Regla de San Benito. Los fundadores y primeros abades del Nuevo Monasterio, fueron: San Roberto, San Alberico, San Esteban.
Sin embargo la figura que hizo evolucionar grandemente el carisma cisterciense fue San Bernardo de Claraval (1090-1153), quien puso un nuevo énfasis en la importancia de la comunión fraterna y de la contemplación. Bajo el impulso de San Bernardo y muchos de sus contemporáneos, la Orden se expandió con fuerza y rapidez. De 1113 a 1115 se llevaron a cabo las primeras 4 fundaciones. En 1134 eran ya casi un centenar, y cuando muere, en 1153, varios centenares.
Nuestra Congregación Cisterciense de San Bernardo, está asociada fraternal y jurídicamente a La Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia, más conocidos como Trapenses, con el fin de conservar mejor el patrimonio cisterciense, expresar la comunión en la misma espiritualidad y fomentar la vida monástica cisterciense.
Nuestro monasterio cisterciense de El Salvador de Benavente, tiene su fecha exacta de fundación el 12 de diciembre de 1181, en Santa Colomba, pequeña localidad zamorana, situada a cinco kilómetros de Benavente. En la actualidad se denomina "Santa Colomba de Las Monjas". No todos los historiadores están de acuerdo sobre la procedencia de las primeras monjas, pero la mayoría de ellos se inclina por "Santa María de Gradefes”, monasterio situado en la Provincia de León y fundado en el año de 1168.
1.) El 23 de abril de 1581 (exactamente cuatro siglos después de haber sido fundado), las hermanas se trasladan a la Villa de Benavente, dado que el Concilio de Trento invitó a los monasterios a trasladarse dentro de las villas o ciudades para mayor protección, y también por la situación comprometida del edificio que amenazaba ruina.
2.) Otros cuatro siglos más tarde, el 30 de Noviembre de 1976, se realiza un nuevo traslado del monasterio, buscando un entorno más favorable a nuestra vida, y también una casa mejor acondicionada para las necesidades vitales.